A Call From My Daughter; Una Llamada De Mi Hija

Editor's Note: The Spanish version follows the English.

Nota de Redacción: La versión en español le sigue a la de inglés.

The Call

Last week I spoke long distance with my dear daughter Midori. She is 18 years old and lives with her mom in Japan.

I left Japan and came to live in the US three years ago and only communicate with them by phone or internet. The thing is that every time I speak with my daughter, I have the sensation of much happiness, nervousness and anger. I get the feeling that I already know what she’s going to talk with me about.

As a father, I know that children grow up with all their worries and dreams, and sometimes one doesn’t understand them or doesn’t want to understand them, as if we had never been young ourselves.

I think that a lot of parents like myself think that their sons and daughters will always be children that never mature or grow up, and who will always need our protection.

The latest news from my daughter is that she wants to leave home and become independent from her mom. She wants to live with a friend from the institute where she studies tourism and the Italian language. My daughter has a part time job, but I think that’s not going to be enough to support herself alone.

I have tried to persuade her. I’ve told her to wait a little more. But she, like almost all young people these days, think that they're infallible and that they own the absolute truth (that’s how I felt when I was that age!). Like I said at the beginning, I always finish these calls with my daughter with a mix of happiness, anger and powerlessness, unable to do something more effective despite my fatherly advice.

I think one of the biggest problems in this situation is the distance that separates us.

Ernichan.

La Llamada

La semana pasada hable por larga distancia con mi querida hija Midori, ella tiene 18 anos y vive con su mamá en Japón.

Yo salí de ese país y vine a vivir a los Estados Unidos hace ya 3 años y solamente tengo comunicación con ellas ya sea por teléfono o Internet. El problema es que cada vez que hablo con mi hija tengo una sensación de mucha alegría, nerviosismo y enojo, porque presiento lo que ella conversará conmigo.

Yo, como padre, sé que los hijos crecen con todas sus inquietudes y sueños y a veces uno no los entiende o no los quiere entender como si nosotros mismos no hubieramos sido jovenes.

Pienso que muchos padres como yo, creen que sus hijos siempre serán unos niños que no maduran ni crecen y que siempre necesitarán nuestra protección.

La última noticia de mi hija es que quiere independisarse de la mamá y ella quiere irse a vivir con una amiga del instituto donde estudia turismo y también el idioma italiano. Mi hija tiene un trabajo de medio tiempo pero creo que no es lo suficiente para poder mantenerse por si sola.

Yo he tratado de persuadirla. Le digo que espere un poco más pero ella, como casi todos los jovenes de esta epoca, creen ser infalibles y dueños de la verdad absoluta (¡así me sentía cuando tenia su edad!). Como dije al principio, siempre termino las llamadas con ella con una mezcla de alegría, enojo e impotencia, sin poder hacer algo más efectivo a pesar de mis consejos como padre.

Creo que unos de los mayores problemas por esta situación es la distancia que nos separa.

Ernichan

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